miércoles, 8 de marzo de 2017

JOVEN VIRGEN AUTOSODOMIZADA POR LOS CUERNOS DE SU PROPIA CASTIDAD

Llevaba tiempo queriendo comentar una de mis obras favoritas, debido a la originalidad y creatividad que este gran artista español poseía en su surrealista mente. Salvador Dalí emplea el método crítico-paranoico para representarnos un hecho que, como toda obra surrealista, difiere de la apariencia con la que en primer término se la juzga.

JOVEN VIRGEN AUTOSODOMIZADA POR LOS CUERNOS DE SU PROPIA CASTIDAD (SALVADOR DALÍ I DOMÈNECH - 1954)

A simple vista vemos en la imagen un conjunto formado por la silueta de una mujer y por formas geométricas cilíndricas alrededor de ella. Este conjunto parece estar inclinado hacia un balcón, identificando así que la figura está encuadrada en una ventana. En la parte superior de la composición observamos un cielo azul en consonancia con las nubes, también a la izquierda dos especies de cuernos huecos. Debajo de estos elementos nos encontramos con el cabello rizado de una mujer en forma de tirabuzones, además de su espalda y uno de sus pechos en una posición inclinada. Más abajo tenemos dos cuernos grandes chocando entre sí junto a otros dos más pequeños dirigiéndose hacia ellos. Por último en la parte inferior de la obra vemos unas piernas cruzadas flotando sobre el suelo sin proyectar sombra.

“Joven virgen autosodomizada por los cuernos de su propia castidad”, del año 1954, es una obra que para su comprensión es necesario remontarse a la famosa “Muchacha en la ventana” de 1925. La explicación de este cuadro no sigue un patrón típico de comentario, ya que la complejidad del periodo surrealista y, en concreto, de esta obra, no nos lo permite. Si echamos la vista atrás a la obra de 1925, nos vamos a encontrar con una composición muy similar a la del cuadro comentado anteriormente. La musa de Dalí en sus inicios era su hermana Anna María, con la cual tenía una estrecha relación, fue representada en varias de sus obras; pero con la falsa publicación en el 1942 de la biografía del artista, donde se recogían ciertos menosprecios a su difunta madre, y la posterior publicación de la biografía hecha por su hermana donde despreció a su hermano por aquel motivo, se produjo una irremediable separación entre ellos.

MUCHACHA EN LA VENTANA (SALVADOR DALÍ I DOMÈNECH - 1925)


Como bien sabemos, en el primer cuadro, la representada era su hermana Anna María, de manera que la elaboración del segundo es una caricatura del anterior. En el primer cuadro a pesar de la inocencia que puede aparentar, ya podemos intuir en el artista el tratamiento de partes del cuerpo como el trasero, al que el mismo hacía referencia de esta manera: “A los dieciocho años, elegante, no concedía ninguna importancia a los senos, pero exigía un ensanchamiento de los huesos ilíacos, que debían aparecer bajo el vestido como las asas agresivas de un cesto. ”Por tanto, se confirma la representación de la misma mujer en ambos cuadros.

El significado de estos cuernos, de unicornio y/o de rinoceronte, a lo largo de la historia, se han identificado con la castidad, por lo que la dirección de estos cuernos de forma fálica hacia la zona sexual femenina, sin poder penetrarla y como si estuviesen en tensión, muestra la clara venganza que Dalí perpetuó contra su hermana al definir su personalidad anacoreta, amargada y deseosa de perder su virginidad aún patente (ya que ni estuvo casada ni tuvo hijos, ni ha quedado claro en la historiografía que conociese varón), pero que por su propia forma de ser, era algo incompatible.
Pero como todo truco de cuadro surrealista, lo que nos quiere representar Dalí, pese a su ya difícil interpretación, no es lo ya descrito. Al analizar otros aspectos formales de la obra, tal y como es el caso de la figura flotante sobre el suelo sin ninguna proyección de sombra, nos remite a un personaje espiritual, una deidad que, al ser inmaterial, aparece flotando sobre el suelo como si fuese ingrávido, y no proyecta su propia sombra, sino que es atravesado por la luz (como ya hicieron grandes artistas del Renacimiento como Botticelli en “La Primavera”). Entrelazando estos aspectos con los descritos anteriormente, si nos formulamos esta pregunta, ¿Qué mujer divinizada a lo largo de la Historia siempre ha sido y será virgen por su propio destino, por sí, por su propio ser?, en efecto, la madre de Dios, es decir la virgen María.

El gran ingenio de Dalí a través de su paranoia crítica, una vez más, nos ha intentado mostrar algo que realmente no era lo expresado en la obra. El verdadero tema del cuadro es la virgen María en una forma totalmente innovadora, ya que nunca se le había representado así, aunque a su vez este cuadro le sirvió como excusa para reflejar la rabia hacia su hermana. La originalidad del genio ha sido capaz de mostrarnos de una manera obscena y desafiante a la Virgen María, que desde el Concilio de Éfeso I en el 431 cuando la Iglesia la proclama Mater Dei (Madre de Dios); 1523 años desde entonces, ha sido la mujer más representada en la Historia del Arte, y nunca hasta ese momento de aquella manera.

Sin duda alguna, pese a su escaso conocimiento, para mí, una de las mejores obras del artista.

David Sánchez Serrano en colaboración con María Mínguez Redondo (URJC - Historia y Turismo).

No hay comentarios:

Publicar un comentario