viernes, 12 de mayo de 2017

MARCO COCCECIO NERVA

Marco Coccecio Nerva nace el 8 de noviembre del año 30 en la ciudad de Narnia, formaba parte de una familia patricia republicana emparentada con la Julio Claudia.

Era un personaje muy ligado a Nerón y, posteriormente, a la Dinastía Flavia, ya que apoyó a su compañero Vespasiano durante el Año de los Cuatro Emperadores, fue su cónsul y participó activamente durante los reinados de Tito y Domiciano.

Tras el asesinato de este en septiembre del 96, Nerva, a sus 66 años, accede al trono imperial, puesto por los mismos prefectos del pretorio (Segundo y Norbano) que llevaron a cabo la conspiración contra el último de los Flavios debido a su hospitalidad y honradez. 


BUSTO DE NERVA EN NARNIA



Enfermo y anciano aceptó los poderes imperiales y continuó con el modelo Flavio. Pese a ello, llevó una política de buenas relaciones con el Senado, quien se posicionó de su lado tras la Damnatio Memoriae a Domiciano; y se atrajo a los pretorianos castigando a los asesinos de su predecesor pese a que ellos mismos le entregaron el poder.
Debido a una crisis financiera heredada de la mala administración del gobierno anterior, su política fue austera, aunque también fue conciliadora. Por ello fue admirado por historiadores de la época como fueron Plinio y Tácito, ya que logró restituir la Libertas Republicana (leyenda de sus primeras monedas).

No obstante, su acto más relevante fue la adopción de Trajano, de los Ulpio-Aelios hispanos, familia nobiliaria de la Baetica. Éste era legado de Germania Superior y contaba con el apoyo del Senado, de las élites hispanas y narbonenses, y del ejército, punto débil de Nerva que podía poner en jaque su reinado. Con ello conseguía asegurarse la transmisión legal de poder sin que hubiese ninguna guerra civil a su muerte y constataba la continuidad del Imperio sobre las injerencias del Senado; además, Trajano suponía la fidelidad del ejército al emperador.


NERVA SEDENTE (OBRA COMENTADA)



Finalmente, debido a su avanzada edad y a su débil estado de salud, Nerva fallecía el 25 de enero del 98, dejando el legado político Flavio en manos de un sucesor fiel a su padre adoptivo y garantizado por el clan hispano.
De esta manera, Nerva sirvió de nexo político entre dos dinastías distintas, la Flavia y la Antonina o la de los Emperadores Hispanos (no denominada así por la historiografía anglosajona que siempre prestó poca atención a la provincia más importante de Roma, ya que Roma sin Hispania nunca habría llegado a ser lo que fue).


David Sánchez Serrano (URJC – Historia y Turismo).

domingo, 7 de mayo de 2017

MOSAICO DE JUSTINIANO

Nos encontramos frente a una de las mejores obras de arte musivario de la Historia. Se trata del mosaico del emperador Justiniano (527-565), ya en la Alta Edad Media, pese a que se trata de Arte Tardorromano.

MOSAICO BIZANTINO DEL EMPERADOR JUSTINIANO I (547)

Se puede catalogar como una obra pictórica, como si de un cuadro se tratase, pues su localización prácticamente idéntica a una pintura, y se encuentra enmarcado por una orla que emplea el mismo material que el interior de la escena.

Data del 547 y se encuentra, junto al de su mujer Teodora (pese a la tendencia monofisita de esta) en la Iglesia de San Vital en Rávena, futuro exarcado del Imperio Romano de Oriente. Su técnica de elaboración es variada, predomina el opus tesselatum, técnica más empleada durante el Bajo Imperio, pese a que también está patente el opus vermiculatum sobre todo en los rostros para resaltar detalles. Destaca la gran variedad de teselas con las que se ha realizado la obra, es un mosaico atípico, que presenta un gran colorido, incluso hay piezas cuyo color cambia en pequeños matices con los que el artista logra realizar una cadencia del color para dar volumen a los rostros. 
De izquierda a derecha, siguiendo el comentario preiconográfico, podemos contemplar a un conjunto de hombres, de rostros similares, imberbes, con prácticamente los mismos atuendos que portan lanzas y un escudo sobre el que se puede contemplar una P y una X. A continuación dos hombres de túnica blanca cruzada con una banda morada y con rostros más definidos que los anteriores, sobre todo el más próximo a la figura central. A su lado, la figura central y predominante en la escena, porta una especie de patena y posee un rostro definido, coronado y alveolado, vestido con túnica morada cruzada con una banda de bordado dorado y azul, abrochada con una fíbula más lujosa que la del resto de personajes. Tras él, al fondo otra figura similar a las anteriores de túnica blanca, a la que le sigue probablemente la segunda figura más característica ya que, junto a la central, su rostro es también de los más definidos, aparte de que su nombre (Maximianus), está escrito sobre él y que posee una casulla dorada sobre una túnica blanca, con una estola también blanca en la que aparece una Cruz patada, y que porta una Cruz dorada en sus manos. A su derecha otros dos hombres con túnica blanca, de rostros menos definidos, que también portan elementos eclesiásticos, el de la izquierda un misal, y el de la derecha un incensario. Cabe destacar la isocefalia presente en toda la obra, todas las cabezas están a la misma altura, sólo sobresale ligeramente la corona de la central. También resaltan los pies en V de todas las figuras, elemento típico del Arte Bizantino; todas ellas iguales, blancas y negras, a excepción de nuevo de la figura central, que son morados; desde éste, se van pisando unos a otros en función de la importancia jerárquica. Otras características formales de la obra aparte de la técnica y la perspectiva jerárquica son el hieratismo, la frontalidad y la ausencia de espacio.

Pasando al análisis iconográfico contemplamos, en el centro de la obra, al emperador Justiniano, teñido de púrpura y coronado, mostrando con ello la autoridad política; pero también posee un nimbo y tintes dorados, junto a ojos almendrados, por lo que también nos quiere trasladar su autoridad religiosa como figura divinizada.
A su derecha, personajes importantes del Imperio como es el general Belisario, junto al emperador, personaje de vital relevancia para la Historia del Imperio Romano de Oriente y la Renovatio Imperii, ya que a él se le atribuyen numerosas conquistas como fue, precisamente, la de la ciudad de Rávena frente a los ostrogodos durante la Guerra Gótica. Junto a este un funcionario próximo a él, probablemente un segundo jefe militar, que precede a la escuadra militar en la que sobresale un crismón (P y X sobrepuestas, símbolo de Cristo, ya que son la letra inicial y final de su nombre en griego), otro símbolo religioso que muestra la importancia del emperador como jefe religioso.
Por otro lado, a su izquierda, personajes relevantes para el templo. El más próximo al emperador, aunque en segundo plano por la presencia del obispo, se trata del banquero Jualiano Argentario, quien subvencionó la construcción de la iglesia. Le sigue en primer plano el arzobispo Maximiano, jefe de la región eclesiástica de la que Rávena es su sede; junto a él otros dos personajes de la alta jerarquía eclesiástica que portan un misal y un incensario, respectivamente.
El tema principal de la obra es la ceremonia de consagración del templo. Pese a que nunca estuvo en él, se le presenta realizando una ofrenda de oro, junto a un séquito de personajes importantes del siglo VI, mostrando que por encima de la autoridad imperial se encuentra la de Dios.
Como contexto histórico, cabe destacar que Justiniano encabeza la Primera Edad de Oro del Imperio Bizantino. Se trata de un emperador que busca restaurar la hegemonía del Imperio Romano a través de una centralización del poder en su figura, una capital rica que en su caso es Constantinopla, un ejército fuerte al mando de los generales Narsés y Belisario; y con un derecho regulador de la actividad de los súbditos, como fue el Corpus Iuris Civilis elaborado por el jurista Triboniano (se ampliará el contexto en un capítulo específico para ello).

Para finalizar, lo más importante, el análisis iconológico. ¿Qué quiere mostrar realmente Justiniano con esto? Como hemos visto, es una persona que intenta proseguir con la tradición romana en un contexto altomedieval. La política religiosa de Justiniano se encuentra en las bases del Concilio de Calcedonia I del 451, donde se rechaza y se persigue la herejía monofisita, se vuelve a aceptar la divinidad de Cristo y se reafirma la ortodoxia. Un siglo después, Justiniano sigue defendiendo la ortodoxia del cuarto concilio ecuménico. Se presenta aquí como máximo representante de Dios en la tierra, lo que le sirvió para legitimar su poder y subordinar a personajes que estaban acumulando mucho poder: el Patriarca de Constantinopla y el Papa de Roma, con quien pese a haber estrechado lazos tras el Cisma de Anastasio a través de la Guerra Gótica contra los ostrogodos, quiere mostrar su superioridad imperial. La localización de los mosaicos en Rávena no es baladí, a la muerte de Justiniano en el 565, su sucesor Tiberio II va a hacer la ciudad la capital del exarcado, es decir, el centro del poder bizantino en Italia. Su situación dentro del templo también es llamativa, frente al de su mujer Teodora, se encuentran en el ábside, el lugar más sagrado de la iglesia que representa a Dios.


David Sánchez Serrano (URJC – Historia y Turismo).

viernes, 28 de abril de 2017

CRÁTERA DE TESEO


Nos encontramos frente a una crátera, utensilio de cerámica griega empleada como servicio de mesa para mezclar el vino con el agua; sobre la que aparecen pinturas rojas sobre fondo negro, aspecto que nos lleva a la Grecia Clásica del siglo V a.C. o posteriores.

CRÁTERA GRIEGA DONDE SE REPRESENTA UNA ESCENA DEL MITO DE TESEO

Dentro de esas pinturas podemos ver, de izquierda a derecha, a una mujer vestida con un peplo endyma (prenda femenina griega suelta, puesta sobre el cuerpo, amplia y sin mangas, ceñido a la cintura y adornada con bordados de valor) con una diadema sobre su cabeza, que sostiene en sus manos un lekythos (especie de jarra para rituales, destinado a contener aceites y pomadas) y una fuente. En primer plano, de frente a ella, un hombre barbado, sentado sobre a una silla sin respaldo, con el torso desnudo y las piernas cubiertas con una túnica que descubre, sin embargo, sus zapatos, apoyados sobre una especie de estrado; en una de sus manos sostiene un largo bastón rematado con una gaviota en la zona superior y, con la mano derecha, saluda a otro hombre, joven, desnudo e imberbe, con una túnica corta sobre sus hombros, portando una lanza en la mano izquierda y una espada colgada del hombro. Detrás de este, en segundo plano, un caballo al que sostiene mediante una cuerda que parte de la misma mano con la que sostiene la lanza.

En la crátera podemos reconocer fácilmente a los dos protagonistas de la escena: Teseo, siempre representado desnudo, imberbe, a veces con túnica corta, y siempre con sus atributos principales: la espada y las sandalias (estas apenas se distinguen en este ejemplo debido a que están ocultas tras la lanza y el estrado) que recogió tras levantar la piedra bajo la cual su padre, Egeo, las había escondido con el fin de que cuando su hijo fuese capaz de levantarla, fuese mandado por su madre Etra a la corte ateniense. Egeo, rey de Atenas, es el otro gran personaje del tema que, portando el cetro con la gaviota (ave marina por excelencia, es un icono interpretado como símbolo que le representa debido a su suicido en el mar que hoy lleva su nombre tras recibir la falsa noticia, como descuido de su hijo tras matar al Minotauro, que puso las velas de su nave negras en señal de duelo cuando tuvo que haberlas puesto blancas pues había conseguido regresar a casa) recibe en su trono al aún joven Teseo al cual, a pesar de llevar los atributos que había mandado a Etra que portase, no lo reconoce. Sin embargo, la esposa de Egeo, Medea, representada tras el rey, con el típico peplo y con la diadema, símbolo de poder, ofreciendo comida y bebida al recién llegado, sí reconoce al hijo de su marido y, temiendo perder su poder, le encargará dar caza al Toro de Maratón. Al no conseguirlo, en el banquete celebrado tras sacrificar victoriosamente al animal, lo intentará envenenar, siéndole en vano debido a que Egeo descubre la personalidad de su hijo al descubrir su espada, detiene a su mujer y la expulsa de su reino.
El contexto histórico de esta obra es el siglo V a.C., en pleno Periodo Clásico, durante el gobierno de Pericles, gobernador de Atenas, quien instaura la democracia como forma de gobierno en su ciudad y quien consiguió restaurar la Acrópolis ateniense con los fondos recaudados de la Liga de Delos formada tras la victoria helena en las Guerras Médicas contra los persas. Atenas es la polis hegemónica de todo el territorio griego durante su gobierno, su momento de mayor esplendor; y esto también se va a ver reflejado en el Arte: se construye las obras del Partenón y el Erecteion de manos del gran artista del siglo V a.C., Fidias; la escultura toma un gran avance con la creación del canon por parte de Policleto; y la cerámica ática evoluciona de las antiguas figuras negras sobre fondo rojo cerámico del siglo VI a.C. a las figuras rojas sobre fondo negro.

Podemos deducir que esta crátera ateniense, que actualmente se encuentra en el British Museum de Londres, fue un elemento de exaltación del poder de Atenas en su momento de mayor apogeo, y como elemento de propaganda de la ciudad representando a su héroe más conocido y más alabado. Recordemos que Pericles lleva a Atenas a su mejor época, la convierte en la ciudad-estado de referencia de todo el mundo helenístico y, en especial, de la Liga de Delos. Este tipo de artesanía, comerciada en toda la zona del Egeo, representa la superioridad y el liderazgo de los áticos frente al resto y, muy concretamente, frente a sus rivales griegos más directos, los espartanos y sus aliados, contra quienes se enfrentarán a finales de siglo. Teseo es el héroe por excelencia de Atenas, y por ello guarda similitudes en su representación con el Semidiós más famoso de toda la Hélade, Heracles (el Hércules romano) por lo que quieren hacer ver a través de él lo mencionado anteriormente, la clara superioridad política, económica, religiosa y cultural de la ciudad de la que fue, sin duda alguna, el rey más venerado.

David Sánchez Serrano y María Mínguez Redondo (URJC – Historia y Turismo).

jueves, 30 de marzo de 2017

¿QUÉ ES EL ARTE?

¿Qué es el Arte? Para muchos una pregunta complicada de responder debido al amplio contenido que esas cuatro letras comprenden. Muchas veces nos traslada al mundo de la subjetividad que conlleva un significado parcial bastante reducido: un sentimiento, un reflejo de la sociedad, una expresión, simbolismo…

FUENTE: Rosa Brito (https://es.slideshare.net)

Una respuesta objetiva y universal nos la otorga la Teoría del Arte y, en concreto, una rama de esta, la Filosofía del Arte. De entre sus grandes pensadores, el polaco Tatarkievicz en Historia de Seis Ideas: Arte, Belleza, Forma, Creatividad, Mímesis y Experiencia Estética nos muestra la evolución de dichos términos artísticos a lo largo de la Historia, lo que es clave para entender cada uno de los periodos artísticos.

Con respecto al Arte, nos transmite que es un tipo de lenguaje plástico manifestado a través de diferentes disciplinas como son la arquitectura, la escultura, la pintura, la música, la fotografía, la danza o el cine; que se encuentra parcelado cronológicamente en periodos estilos y etapas (existen tres tipos de etapas: arcaica, clásica y barroca, o lo que es lo mismo, inicios, esplendor y decadencia) por la Historia del Arte, esto es el estudio sistemático del Arte desde sus inicios en el Paleolítico Superior hasta la actualidad. Además, es una experiencia estética, que él define como la sensación o el conocimiento obtenido a través de experiencias sensibles, y a su vez es una disciplina filosófica propia que analiza lo relativo a la belleza y a Arte en sí.
Por tanto, podemos decir que el arte, como sistema de lenguaje que es, ha de transmitir un mensaje ético, es decir, una revelación comunicativa que busca conducir al hombre a lo mejor de sí mismo; acompañado de un goce estético basado en la sensación placentera del alma al reconocer la belleza formal. Su finalidad, en conjunto, es la de contribuir a la realización plena del hombre para desplegar el potencial humano.

De esta manera, una vez que sabemos lo que es el Arte, ¿qué es el artista? Como dice Miguel Ángel Padilla Moreno, el artista es un “puente a lo sublime”, es decir, es quien, mediante su dominio técnico y su capacidad creativa, traslada a la sublimidad a quien contempla su obra de arte. Una obra que, por cierto, ha de ser comprendida a través de su forma (estilo y medios empleados), y su contenido (tema y emociones intrínsecos en ella).

Volvemos a Tatarkievicz para mostrar la evolución del concepto “arte” a lo largo de la historia, ya que no podemos juzgar una crátera griega sin conocer qué entendían los griegos por arte, pues va a ser la clave para poder comprenderla.

Precisamente, para la Antigüedad Clásica, ars y tekcne era todo aquel producto elaborado por el hombre. Cualquiera, por muy simple que fuese, o cuya función sea distinta a la descripción anteriormente citada, desde una simple cuchara de madera hasta las grandes y complejas maravillas donde está presente la proporción áurea, como el Partenón de Atenas.
Si pasamos a la Edad Media, nos encontramos con la distinción entre las artes serviles, que como su propia palabra dice, servus, se relaciona con todo el trabajo manual propio de los siervos trabajadores de la reserva señorial y los campesinos de los mansos. Por otro lado, las artes liberales, reducidas al corpus cultural latino y la vida cenobítica o aristocrática: el trívium, compuesto por la gramática, la dialéctica y la retórica; y el quadrivium que lo formaban la aritmética, la geometría, la astronomía y la música.
Ya en la Época Moderna se define “arte” como la acción que produce objetos, y los propios objetos creados a través de esas acciones, con el fin de obtener una experiencia estética a través de ellos. Desde este momento podríamos decir que el concepto poco ha cambiado aún, pero somos conscientes de que en un futuro, lejano o no tanto, el significado de Arte tendrá que adaptarse a las nuevas necesidades y demandas de la sociedad contemporánea a él. ¿Variará mucho el concepto a tal y como lo conocemos hoy en día?


David Sánchez Serrano (URJC – Historia y Turismo).

viernes, 24 de marzo de 2017

RELIEVE DE LA ANUNCIACIÓN DE SANTO DOMINGO DE SILOS

Nos encontramos frente al relieve de la Anunciación del Monasterio de Santo Domingo de Silos en Burgos.

RELIEVE DE LA ANUNCIACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTO DOMINGO DE SILOS


Podemos observar a simple vista la imagen de un alto relieve elaborado en piedra, probablemente caliza. En una composición cerrada en torno a dos columnas (una de ellas coincidiendo con la esquina del claustro) que delimitan la obra en los laterales; la base del lateral del muro en la zona inferior y taqueado jaqués en la zona superior.  De izquierda a derecha y de arriba abajo, podemos contemplar dos niños con alas sobre un arco de medio punto sobre el que se ha escupido un bajo relieve de edificios, en el que podemos vislumbrar una especie de torre en la zona izquierda. Dichos niños, cuyos miembros viriles están tapados, portan en sus manos una especie de corona dirigida a la cabeza de una mujer completamente vestida con una túnica, en la que podemos ver gran cantidad de pliegues que le otorgan un gran volumen. La postura de la mujer es sedente y su gesto es frío, sin expresividad: su mano izquierda sostiene la vestimenta y la mano derecha la mantiene abierta a la altura del pecho, y su cabeza gira a la derecha, mirando sin expresividad al hombre situado a su derecha (nuestra izquierda) que permanece arrodillado y con su brazo derecho alzado a la altura de los hombros dirigido hacia la mujer mencionada antes. Este señor también está cubierto por una túnica con gran cantidad de pliegues también sin llegar a otorgarle la calidad de volumen que porta la mujer, se muestra en perfil, con pelo rizado y tras él unas alas que cuelgan de sus hombros. Detrás de esta escena se aprecia un bajo relieve que se asemejan a unas cortinas.

En esta representación plástica, contemplamos la Anunciación con las dos figuras principales del Arcángel Gabriel y la Virgen María. Como se establece en la Biblia, el Arcángel es mandado por Dios para comunicarle a María que su vientre va a traer al mundo a Jesucristo, hijo de Dios. (La comunicación entre ambas figuras nos muestra ya el avance en el Románico, hacia una transición encaminada al gótico. Los ángeles depositan sobre su cabeza, una diadema a modo de lirio, que representa la castidad inviolada. Cabe destacar el movimiento de la mano de María, que aparentemente parece una muestra de rechazo, pero que analizando bien es un símbolo de divinidad y de aprobación al mandato divino. El contexto histórico de esta escena nos transporta a los siglos XII y XIII, en pleno apogeo de las órdenes religiosas. El Monasterio de Santo Domingo de Silos es un establecimiento de retiro espiritual, al que solo tienen acceso los monjes que conviven en él. En esta época la sociedad era feudal, con una jerarquía clara y evidente, en la que la vida religiosa tiene mucho poder en la ciudadanía y en las clases más altas que están subordinadas a ella. Dios es la cabeza de la jerarquía, por delante de reyes y nobles, pese que el clero se encuentre por debajo de estos.

Aquí recogemos el texto bíblico referente a la obra, escrito por San Lucas en su evangelio: "Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: “Alégrate, llena eres de gracia, el Señor está contigo.” Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaba aquel saludo. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz a un hijo a quien pondrás de nombre Jesús. él será grande, se llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin." María respondió al ángel: "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?" El ángel le respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se llamará Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, porque no hay nada imposible para Dios." Dijo María: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y el ángel, dejándola, se fue."


Según las doctrinas de San Agustín y de Santo Tomás, se explica la trascendencia de la realización de este tipo de obras. El primero de ellos muestra y defiende que hay que tener fe en Dios y que esta será la única vía para la salvación, creyendo la palabra del señor, ya que es lo único que conocemos de él y no su voluntad sobre nosotros. Santo Tomás en cambio defiende que mediante la razón, ya en un contexto de los inicios de la Ciencia, podemos conocer a Dios y su voluntad, siguiendo sus cinco principios, más conocidos como las Vías de Causalidad. La transmisión de este tipo de obras tiene el fin de mostrar a la sociedad la palabra de Dios, en un pueblo inculto donde no había capacidad crítica ni razonamiento, predominando el analfabetismo, debido al miedo de un Dios justiciero y castigador, se impone en el pensamiento del pueblo y forma parte de su vida cotidiana, con el fin de que pase a formar parte de ello. ¿Por qué esta obra se encuentra en un Monasterio y no en una iglesia? Este tipo de representaciones solo estaban a la altura de la clase clerical, quienes eran los únicos que tenían acceso y entendimiento para poder interpretar estos textos e imágenes, hecho que les proporcionaba un mayor enriquecimiento teológico. 

David Sánchez Serrano y María Mínguez Redondo (URJC - Historia y Turismo).

jueves, 16 de marzo de 2017

FERIA DE ARTE CONTEMPORÁNEO - ARCO - 2017

La feria de ARCO de Madrid, se celebró este año entre los días 22 y 26 de Febrero en el recinto de IFEMA en los pabellones 7 y 9. Cuenta con 200 galerías procedentes de veintisiete países distintos, encuadrados en un arte que abarca desde las Vanguardias hasta el actual, pasando por los estilos clásicos contemporáneos. Su actividad principal está centrada en encuentros profesionales del programa internacional de coleccionistas,  donde los distintos grupos de compradores visitan la feria aportando un mayor volumen de negocio a la feria; además de compartir reflexiones, ideas y nuevos proyectos.



La creciente apuesta de las galerías por esta feria, con la presentación de obras alternativas y de sorprendente calidad, ha sido objeto claro de esta  trigésima sexta edición, con la confirmación de la confianza puesta en este mercado, de gran peso y reconocimiento en el actual panorama artístico.
De esta forma, crece la importancia de los proyectos participantes de cada galería, esto se refleja en la presencia de los mejores espacios positivos reservados para la participación simultánea en los dos proyectos de esta edición de la feria. Cabe destacar el alto porcentaje de galerías extranjeras (66,5%, del cual un 40% son de países latinoamericanos).


El nuevo programa “Diálogos”, presentado en colaboración con AECIR (Agencia española de cooperación internacional para el desarrollo), está constituido por doce galerías, cada una de ellas expone dos artistas que establecen un dialogo entre sí y sus trabajos, con el objetivo de mostrar una retroalimentación entre ambas. Dos de las galerías participantes en este proyecto fueron Arratia Beer de Berlín y Ellen de Bruijne de Ámsterdam.
También destaca el proyecto “Opening”, en el que participaron dieciocho galerías, con una trayectoria profesional de menos de siete años, entre ellas estaban dos españolas, tres portuguesas, seis más del continente europeo, una norteamericana y seis de Sudamérica. En este proyecto se pretendía reflejar la diversidad de elementos artísticos como las performances, la música, las coreografías…


Dentro de los museos más importantes en el panorama internacional, se cuenta la participación del Reina Sofía, el Metropolitan de Nueva York o el Mamco. Este año destacaron, además, Dalí con “El triunfo de Nautilus”, bocetos de Picasso y Miró, y obras de Duchamp, Yves Klein o Chillida.







Dentro de nuestro propio balance, destacamos positivamente la búsqueda de crear conciencia moral en el espectador, ejemplo de ello son algunas obras que intentar mostrar realidades cotidianas de las que no solemos percatarnos normalmente. El artista que más gratamente nos sorprendió fue el artista Jonathan Meese, expuesto en las galerías de Krizinger (Viena), Tim Van Leese (Berlín) y Crone (Austria).





Como aspectos negativos de esta feria, tenemos que comentar que actualmente el arte es creado sólo para los propios artistas, sólo trata de conquistar a quien lo entiende, es poco accesible a un público menos documentado. Aunque este factor es el que prima actualmente, quizá se debería reflexionar sobre la lejanía que produce este arte actual, deshumanizado y narcisista por ambas partes. Un arte orientado claramente, y a veces únicamente, al coleccionismo y al comercio.



David Sánchez Serrano y María Mínguez Redondo (URJC - Historia y Turismo).

sábado, 11 de marzo de 2017

NERVA SEDENTE

Ante nuestros ojos nos encontramos con una escultura sedente, en bulto redondo, elaborada en mármol blanco. En ella se puede contemplar a un hombre sentado sobre una especie de trono; su cuerpo aparece semidesnudo, torso descubierto y piernas y brazo izquierdo tapados mediante una toga. Dicho torso aparece esculpido de tal manera que muestra su musculatura atlética sin ser esta realmente exagerada. Su brazo izquierdo reposa en el trono mientras que el derecho está alzado portando un pergamino enrollado. Su cabeza, ligeramente orientada hacia la derecha, muestra un gesto serio y dominante, con unos ojos llenos de prepotencia, superioridad y poder. Sobre su frente arrugada, el pelo ceñido a la cabeza, poco alborotado aunque con cierto grado de descuido. Se hace patente su avanzada edad tanto en las arrugas del cuello como en las de la frente, así como la escasez de cuero cabelludo en la zona occipital coronaria.

ESTATUA SEDENTE DEL EMPERADOR NERVA EN LOS MUSEOS VATICANOS


La escultura representa al emperador Nerva (96-98 d.C.) esculpido de una manera apoteósica, es decir, de manera divinizada a imagen y semejanza que Júpiter, Dios supremo del panteón romano: entronizado y con las piernas cubiertas mediante una toga, iconografía heredada de la Grecia Clásica del Dios Zeus. Nerva aparece representado de una naturalidad sorprendente en lo que se refiere al retrato de su rostro donde se hace patente el paso del tiempo en su vejez, modo de representarte propio de la Dinastía Flavia, con el fin de transmitir un mensaje de cercanía y humanidad a la plebe del Imperio, aspecto que contrasta con la actitud de superioridad característica de la época Augusta, de quien es más propia ese estilo apoteósico de representarse.

Nerva se encuentra a caballo entre las dinastías Flavia y Antonina, pese a que se suele incluir en esta última. Durante sus dos breves años de gobierno amnistió a los encarcelados en la época de Vespasiano por mandato de este emperador, liberó los impuestos con el fin de aliviar al pueblo más necesitado, y otorgó una cierta cantidad de privilegios a las provincias romanas. Es asesinado en el año 98 a la edad de 67 años, sucediéndole en el cargo el emperador hispano Trajano, quien da comienzo, verdaderamente, a la Dinastía Antonina. (Información sobre Nerva en el apartado HISTORIA).


A pesar de la preocupación por la realidad humana vigente en el rostro del personaje, está representado de una manera divinizada, idealizada y apoteósica con el fin de mostrar su superioridad respecto al poder como Emperador y como Jefe del Estado y de la legislación, de ahí su brazo alzado con el pergamino. Está representado como el Dios supremo de los dioses romanos, actitud que transmite al pueblo a modo de contacto directo con la divinidad, lo que se puede interpretar como el poder del emperador otorgado por parte de los dioses en este cambio dinástico; significando también la superioridad suprema de la figura del Emperador con respecto al resto de personas del Imperio. De ahí también su mirada alzada, indicando supremacía y hegemonía a todo aquel que lo contemple. Muestra clara influencia de los cánones de belleza griegos heredados de la época clásica que nos transportan a la idea de sublimidad y de idealización de la suma perfección; recordemos que la belleza para los griegos se encuentra en la disposición armónica de las partes, recordemos los ideales de belleza griegos y la idealización de la belleza platónica (belleza estética, cognoscitiva y moral). El hecho de que su rostro se muestre naturalista en cuanto a su edad, es heredado de la escultura etrusca, retomado en épocas republicana y flavia, de ésta última mantiene la tradición heredada debido a la cercanía cronológica que hace patente su procedencia; recordemos también aquí que la Filosofía Estoica reconoce la superioridad de la belleza espiritual respecto de la sensible, de ahí el intento de transmitir la personalidad humana y cercana de los personajes en un ejercicio propagandístico.

David Sánchez Serrano y María Mínguez Redondo (URJC - Historia y Turismo).